El sueño de Agnódice ya a la venta

Estoy en la parte delantera del escenario, cerca del patio de butacas. Percibo el ajetreo entre bambalinas, a mi espalda.  Oigo sus voces, sus suspiros, alguna risita nerviosa y me pregunto en qué momento perdí la cordura, si es que la he llegado a tener algún día. Me vuelvo hacia ellos. Alguien abre la gruesa tela color púrpura del telón y me mira, mueve la cabeza negativamente y me llama con la mano.  Me acerco temerosa. Uno de ellos (no lo veo bien, pero por el tono áspero de su voz creo que es Tersipo) me pide explicaciones. Llevan dos años esperando para salir a representar su obra. Les digo que ya ha llegado el momento y parece que se tranquilizan. 

Escucho las puertas del teatro literario abrirse; sé que se acercan los primeros lectores (críticos, juiciosos, expectantes), y siento miedo. Miedo y respeto. Miedo, respeto y una emoción indefinible pero agradable de sentir. No lo entienden, pero yo sí.  Echo un vistazo general a todos ellos, los personajes de mi primera novela, los hijos nacidos de mi imaginación, y veo que están todos perfectos.  ¡Cuánto los quiero y qué felices hemos sido estos años juntos! Me miran con respeto, mas el que yo siento por ellos es aún mayor. 

Los primeros lectores comienzan a tomar asiento y yo a temblar. Agnódice se acerca a mí (es médica, tiene un sexto sentido para estas cosas), me coge la manos y sonríe. Siempre que me ve así lo hace, en cierta forma. Confía en ti, me dice; y yo le digo que lo hago, aunque en realidad siento miedo de decepcionarla al contar tan fabulosa historia y no hacerle justicia. 

Bajo al patio de butacas; no quiero estar entre bambalinas, sino ser una espectadora más. Sentir que ellos cobran vida a través de los lectores, por poquitos que sean; notar la reacción del público in situ. Entonces se abren las cortinas y uno tras otro van saliendo al escenario de su vida: un gigantesco  libro  creado a su media. Los veo andar a paso lento, soberbios, elegantes, para ocupar  el espacio reservado en el tiempo y el espacio para ellos: Agnódice recostada en su cama, Kissa andando por el pasillo del corredor, el severo Tersipo... bueno, él saldrá más adelante… 

Cojo aire y lo dejo escapar muy lentamente. No estoy sola. A mi lado está la gente que me a acompañado desde el principio. Confían en mí, a veces creo que demasiado. Tampoco quiero decepcionarlos a ellos.  La función empieza y me entrego a su contemplación. Que pase lo que tenga que pasar.

A partir de hoy El sueño de Agnódice estará a la venta a un precio de 3, 99  euros a través de las principales plataformas (Amazon, Smashwords, Kobo, Barners & Noble, Overddrive, iBook...). 

Quiero aprovechar para dar las gracias  de nuevo a todas aquellas personas que me han deseado suerte en este último tramo del camino. Gracias por la generosidad mostrada a través de las redes. Ha sido muy valioso para mí en estos momentos de inquietud saber que cuento con sus buenos deseos. 

Pero este no es el fin de mi trabajo. Ahora empieza un periodo crítico en el que la novela debe hacerse ver o desaparecerá entre la multitud de libros que suben cada día a estas plataformas. Por ello solo les pido algo más: si les gusta, si consideran que merece una  puntuación de cinco estrellas y una buena crítica, háganselo saber a las plataformas en las que hayan adquirido el libro (por su puesto, si así lo sienten). No es una cuestión de ego, ni mucho menos, sino de supervivencia. Eso hará que la novela se mantenga en un buen puesto de la lista de novedades este escaso mes de promoción que nos conceden las nombradas plataformas. Así nos las tenemos que ingeniar los autores noveles para poder mantener nuestro trabajo a la vista por más tiempo y para que pueda llegar a más gente antes de caer en el olvido. 

Y, como no, si les gusta, háganmelo saber a mí también. Después de tanto tiempo es agradable saber que mereció la pena este esfuerzo si consiguió que alguien se adentrara en la historia y disfrutara de ella hasta el final.  Para mí leerlo a través de ustedes será una experiencia novedosa y muy emocionante. 

Recuerden que El sueño  de Agnódice es solo el primer volumen de un trilogía. ¡Aún queda mucho por contar! 

Por cierto, ¿qué me dicen de la portada? Para quien quiera saberlo, también la he creado yo y cuenta con una modelo de excepción, mi hermana pequeña, María, a la que le agradezco su generosidad por prestarse a aparecer en ella. 

Gracias por leerme (ahora más que nunca) y por estar ahí. 

Rosaura Hernández Soto.